Churrasquería Varela

Churrasquería Varela

Proyecto realizado en colaboración con el estudio cenlitros (Xabier Rilo — Ricardo Tubío).

La edificación, antiguamente destinada a ferretería, consiste en un volumen con frente a las calles Don Gonzalo y San Sebastián con un frente de unos 17 metros y un fondo unos 20 metros. Como se comprueba en la documentación gráfica, la planta baja se encuentra ligeramente por encima de la rasante de la Rúa Don Gonzalo (entre 10 y 40 cm), mientras que se encuentra deprimida respecto a la Rúa San Sebastián (entre 60 y 80 cm a lo largo de la alineación). En los vientos norte y sur la edificación se encuentra adosada a las edificaciones colindantes siendo el linde con el viento sur de forma irregular.

La edificación constaba en su estado original de una planta baja, entreplanta retranqueada unos siete metros respecto a la calle Don Gonzalo, planta primera y bajocubierta. Las distintas plantas se encuentran perforadas, existiendo un hueco central, alrededor del cual se desarrollan de forma diáfana todas las plantas. Dicho hueco cuenta con geometría variable hasta la cubierta donde se convierte en un lucernario que ilumina el conjunto. Adicionalmente existe un patio interior no cubierto, que da servicio al conjunto de la edificación desde la planta primera posibilitando la iluminación y ventilación de la escalera que recorre el conjunto.

Tanto estructural como compositivamente el edificio se organiza en cuatro crujías perpendiculares a las fachadas de unos cuatro metros de luz. La crujía norte, a la altura de calle y entreplanta, se encuentra independizada del resto de la edificación, no siendo objeto de intervención en el presente proyecto.
La estructura está compuesta verticalmente por soportes de hormigón armado y muros medianeros de mampostería granítica. La estructura horizontal consta de vigas principales de hormigón armado y forjado de viguetas de acero laminado y entrevigado de revoltón de ladrillo cerámico. La estructura de cubierta, a diferencia del resto está compuesta por cerchas y pontones de madera maciza de diversa escuadría, sobre lo que apoya un doble rastrelado que da soporte a la cubierta de teja plana.
El interior de la edificación se encuentra prácticamente sin divisiones, a excepción de una zona de aseos situada en la planta baja, la caja de la escalera que recorre las distintas plantas y el frente hacia la Rúa Don Gonzalo en la planta primera que albergaba la zona de administración de la ferretería, contando con una mampara divisoria de madera y cristal.
La edificación no cuenta con acabados sobre la estructura, estando la estructura vertical (medianeras y soportes) y la horizontal (entrevigado y losa de hormigón) a la vista en todas las plantas, incluida la bajocubierta.

Las fachadas de sillería granítica parda, se organizan en función de las crujías de la edificación, de forma simétrica y regular, con grandes paños acristalados conformados con carpintería maciza de madera. Las carpinterías de la planta baja hacia la Rúa Don Gonzalo fueron sustituidas y modificadas (probablemente en el año 1989 cuando desapareció la actividad del local de la Plaza de Curros Enríquez), ejecutándose un trabatel de fábrica y sustituyendo las particiones originales por grandes paños acristalados con marco perimetral.
Hacia la Rúa San Sebastián existe un quinto hueco de menor dimensión que recoge la irregularidad de la medianera hacia el viento sur y que en su planta baja permite el acceso hacia el interior de la edificación, existiendo una puerta de chapa metálica que no corresponde con la tipología ni materiales originales.

El proyecto prevé el acondicionamiento de una edificación de uso comercial para su uso como restaurante. Los comedores se ubicarán en las plantas baja y primera, reservando la entreplanta existente para ubicar la cocina. El espacio bajocubierta, en el que no se prevé actividad se reserva para la ubicación de las instalaciones de generación de ACS, climatización y ventilación que dan servicio al conjunto de usos, por lo que no se prevé intervención alguna más allá de la derivada de la inserción de estas infraestructuras.

Funcionalmente se agrupan junto a la medianera sur, ocupando la primera crujía del edificio, todos los recintos cerrados de servicio de la actividad (aseos, almacenes, ascensor, office…) de modo que se conserve en el resto de las plantas la diafanidad original del edificio.
La ocupación y el número de salidas por planta determina, a tenor de la normativa de incendios, la necesidad de prever dos escaleras que recorran el edificio. Se decide que la escalera existente se mantenga modificando la bajada desde la entreplanta hasta la planta baja de modo que los recorridos se dirijan hasta la salida trasera existente en la Rúa Sebastián. La segunda escalera, de nueva planta, se ubicará en el hueco existente que recorre el edificio hasta la cubierta, aunque la escalera terminará su recorrido en la planta primera, compartimentando el hueco a la altura de techo de planta primera, posibilitando una correcta sectorización y aislamiento de la actividad.
La normativa de accesibilidad obliga, entre otras actuaciones, a la previsión de un elevador que comunique la planta de acceso y la planta primera para permitir la movilidad interior en el edificio. Para el acceso desde el exterior, se prevé la ejecución de una rampa en el interior del local en la entrada ubicada junto a la medianera sur en donde el desnivel con la calle es menor.

Dados los anteriores usos como almacén y despacho de ferretería, el edificio posee un carácter sobrio e industrial, marcado por los espacios libres y sin compartimentar, los techos altos y la estructura vista de hormigón y acero. Ese carácter funcionalista en las soluciones constructivas y la limpieza y claridad de los espacios dotan al edificio de una marcada identidad. En su interior aún perduran soluciones de carpintería y mobiliario de la antigua ferretería, que le confieren al lugar una escala más humana, compensando el carácter racionalista y la sobriedad de la edificación.

La situación del edificio entre dos calles a las que se abre con grandes huecos en fachada, junto a la existencia de un hueco que recorre todas las plantas provocan una importante entrada de luz natural, lo que convierte su interior en un lugar especialmente agradable en cualquier punto.

Dado que la historia y el estado actual del inmueble recoge suficientes elementos de identidad, la intervención se centra en resolver un programa funcional intentando alterar el mínimo su estado. A pesar de la intención de intervenir en el inmueble con el máximo respeto, el acondicionamiento exige efectuar ciertas alteraciones sobre lo existente y añadir nuevos elementos. En este sentido, todo lo que representa la intervención se expresa cómo una nueva capa que se superpone al existente, con una marcada intención de diferenciarse y facilitar la lectura histórica de la edificación.
La formalización de los nuevos elementos comparte con el resto de la edificación la intencionalidad sobria y desornamentada, pero con un lenguaje formal y una selección de materiales que los sitúa en otro tiempo. Se produce una doble relación entre lo nuevo y lo heredado, fuerte contraste en la apariencia aunque en el fondo subyace la coincidencia en la lógica de construir y fabricar. En la intervención se evita el empleo de materiales ya existentes, o cuando menos que se expresen con los mismos códigos, como la madera y el granito. Se establece este criterio como medida para evitar conflictos entre lo nuevo y el heredado. La nueva selección de materiales comparte con los ya existentes la neutralidad, la desnudez y ausencia de cualquier pretensión ni voluntad expresiva, más allá de cumplir la función que mayor naturalidad y discreción posible.

Promotor:
Privado

Arquitecto Técnico:
Julio Jorge Durán

Constructora:
Naturgalia S.L.

Diseño gráfico, señalética, mobiliario y menaje:
Cenlitros (Ricardo Tubío – Xabier Rilo)

Estructura:
Ameneiros Rey Arquitectos (Ismael Ameneiros – Santiago Rey)

Instalaciones:
Inous Enxeñería Global S.L. (Andrés Figueiras Nogueira)

Fotografía:
© Roi Alonso

Carbajo y Barrios Arquitectos Asociados SLP

Despacho profesional fundado en el año 2000 por los arquitectos Manuel Carbajo Capeáns (Santiago de Compostela, 1973) y Celso Barrios Ceide (Lugo, 1973).

Actualmente, completan el equipo de trabajo David Camiño Quintela, Laura Pardo Ponte y Alejandro Calviño Pérez